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Panorámica de Vélez-Málaga

Cubo de la Muralla

Como cualquier construcción defensiva, la muralla que rodeaba la medina contaba con torres circulares o poligonales que se alternaban con los lienzos y que constituían los denominados cubos. Un ejemplo lo tenemos en los restos de paño y el cubo que se conservan en la calle de las Tiendas.

Estos cubos se intercalaban en la muralla y permitían diversificar los ángulos de tiro y defender mejor las cortinas.

En 1983, coincidiendo con el quinto centenario de la batalla de la Axarquía, se colocó en este punto un mural conmemorativo de este episodio, en el que los habitantes musulmanes de la comarca derrotaron a las tropas cristianas pese a la amplia superioridad numérica de éstas.

El mural cerámico, obra de Pilar García Millán, incluye la leyenda "Ajarquicos, recordad a los hijos de vuestros hijos que en esta batalla venció la virtud de nuestra estirpe sobre la ambición de nuestros enemigos".

Y es que los cristianos, que por aquella época habían conquistado Antequera, quisieron hacer una expedición de pillaje a la Axarquía, a la que se sumaron numerosos nobles de Andalucía. Las tropas castellanas fueron encontrándose aldeas vacías, pues sus moradores estaban apercibidos del ataque.

Poco a poco, los musulmanes fueron cercando a los cristianos y se aprovecharon de su conocimiento de la orografía del terreno para tenderles una emboscada y provocar una gran matanza entre ellos, a pesar de que atacaron más con palos y piedras que con armas.

El resultado fueron más de 800 muertos entre los castellanos y casi 1.500, de ellos 400 de noble linaje, capturados.