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Panorámica de Vélez-Málaga

La ciudad cristiana

La conquista de la ciudad por los cristianos en 1487 marca un punto de inflexión trascendental en la evolución de la comarca, al intentar imponer un modelo de ciudad diametralmente opuesto al anterior, lo que trae consigo una nueva organización espacial y demográfica.

Grabado de Joris Hoefnagel con una vista general de Vélez-Málaga en 1572.

La población musulmana será expulsada, emigrando a otras zonas del reino de Granada y al norte de África, especialmente las personas más destacadas y pudientes, quedándose, una gran mayoría, instalada en las alquerías del territorio de Vélez.

La corona pretendía deshacerse de los miembros más importantes de la comunidad islámica, descabezando el aparato político y administrativo, mientras que pretendía mantener todo el próspero sistema agrícola especializado de los nazaríes.

Lo accidentado de la orografía se convierte en condicionante geográfico que determina el desarrollo de la nueva ciudad que se quiere proyectar. Así, los costes que supondría la reedificación se imponen sobre cualquier intento de regularizar la antigua ciudad. Ante ello, la incidencia o profundidad de la reforma urbana se centrará únicamente en monumentos singulares (iglesias, conventos, casas consistoriales o casas nobles) y escasos espacios públicos. Todo ello se generará especialmente en el arrabal de San Francisco, mientras que la medina y San Sebastián tendrán puntuales reformas.

En torno a la actual plaza de la Constitución, las autoridades municipales irán procediendo a la reorganización del principal espacio cívico, conformándolo a las necesidades de la nueva sociedad, generando un espacio público de capital importancia, la plaza mayor de la ciudad, que surge en los primeros años tras la conquista, denominándosele en el año 1490 como Plaza Nueva.

Esta plaza será más monumental en la segunda mitad del siglo XVI, con las nuevas edificaciones y reformas arquitectónicas que se desarrollan en ella. Será el caso de las importantes ampliaciones de la iglesia de San Juan y, muy especialmente, la creación de la nueva Casa Cabildo y Consistorio, un gran edificio de planta baja y dos plantas, de estilo renacentista, que se derribó en 1938.

El actual barrio de San Francisco se irá gestando y transformando a lo largo del siglo XVI, si bien debe su nombre por la fundación del convento de la orden franciscana en 1499 en los límites exteriores del arrabal medieval. Este barrio, junto con la zona inmediata de San Juan, capitalizará el área suburbana destinada a residencia de comerciantes y artesanos y asimismo de funcionarios reales y algunos nobles.

Así pues, la ciudad cristiana crece fuera de su recinto amurallado durante todo el siglo XVI, expandiéndose con una orientación meridional y occidental, pero no de forma ordenada, hasta el punto de que los arrabales periféricos terminarán por fundirse en una trama urbana más o menos compacta que constriñe a la vieja medina. No obstante, el cariz de la ciudad musulmana se mantuvo en gran parte de los barrios extramuros, especialmente en San Sebastián y la Gloria, con cuestas empinadas y recónditas casas.

Fuente: Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Centro Histórico de Vélez-Málaga (PEPRI).