Vanesa Medina, en su pescadería.
Pregunta.- ¿Por qué decides poner en marcha este negocio?
Respuesta.- Yo vivo en calle Pastoril, a la espalda del palacio de Beniel y el Centro de Estudios del Exilio, y me había dado cuenta de que son las personas mayores las que más compran pescado y precisamente, si estos barrios se caracterizan por algo es por su elevada población de personas mayores.
P.- ¿Es tu primera experiencia en una pescadería?
R.- No, yo había trabajado anteriormente como empleada en una pescadería. Es verdad que ahora estoy al frente de mi propio negocio por primera vez y es todo un poco más complicado. Ya no es sólo atender a la clientela, sino que hay que estar pendiente de todo.
P.- ¿Eres consciente de que al margen del mercado, la tuya es la única pescadería del centro histórico?
R.- Sí, lo sé. Y me he arriesgado a ello. Por el momento, la cosa va bien, aunque siempre podría ir mejor. Lo cierto es que para no llevar ni un mes con la pescadería abierta no puedo quejarme.
P.- ¿Qué ofreces a tus clientes?
R.- Lo que intento es conseguir pescado barato y venderlo barato. No existe otro secreto. La mercancía procede principalmente del puerto de Caleta de Vélez y de otros puertos de la provincia de Málaga. Aquí todo depende del día a día y de cómo esté el pescado ese día en cuanto a su precio.
P.- ¿Y tienes alguna oferta o servicio para atraer a los compradores?
R.- Pues sí. A todo el que quiera le ofrezco la posibilidad de tener el pescado ya preparado para simplemente cocinarlo. Estoy ubicada en una zona con muchos centros de trabajo próximos, fundamentalmente municipales, y está claro que no es nada cómodo llegar a casa con pescado a las tres y pico de la tarde y tener que ponerse a limpiarlo. Por eso, ofrezco a mis clientes la posibilidad de que me avisen a primera hora de lo que quieren, y yo, a lo largo de la mañana, se lo dejo listo para cocinar.