Los alumnos se han dividido por grupos y han ido visitando el salón de actos para asistir a la charla.
En los últimos meses, en Vélez-Málaga se han celebrado diferentes actos de homenaje a esta religiosa, llamada Ana Josefa Florido, nacida en Valle de Abdalajís y que llegó a la capital de la Axarquía en 1879 para hacerse cargo, junto a cuatro compañeras de la orden de las Mercedarias de la Caridad, del Hospital de San Juan de Dios.
Madre Petra se encontró con el problema de que, por orden de sus superiores, sólo podía atender a los enfermos del hospital, pero no a todos los pobres, a los que ella quería dedicar su vida, y es por ello por lo que se salió de su congregación y siguió tratando a los más desfavorecidos como seglar.
Así fue hasta que en la Navidad de 1880 el obispo de Málaga, Manuel Gómez Salazar, le concedió la fundación de una nueva congregación denominada Madres de Desamparados, bajo la protección de San José. Ana Josefa profesó en el altar mayor de la iglesia de San Juan Bautista el 2 de febrero de 1881 con el nombre de Madre Petra de San José, llegando a fundar nueve casas más en vida. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 19 de octubre de 1994.
Los niños han conocido la historia de la religiosa a través de un cantautor, que ha dirigido la charla y que ha cantado algunas de las canciones compuestas en homenaje a esta beata. Tras abandonar el edificio de Iniciativa Urbana, los alumnos se han dirigido hasta la parroquia de la iglesia de San Juan para continuar con sus actividades en torno a Madre Petra, que trabajó buena parte de su vida en lo que actualmente es la zona de actuación de Iniciativa Urbana.
Los actos principales para conmemorar la presencia de Madre Petra en Vélez-Málaga tuvieron lugar los pasados 30 y 31 de julio y el 1 y 2 de agosto, cuando se celebraron eucaristías y charlas en el Hospital de San Juan de Dios y se presentó una escultura en su honor, realizada por el artista veleño Alejandro López. Esta talla fue trasladada desde el hospital hasta la iglesia de San Juan en procesión, con el objetivo de recordar el camino que recorrió junto a sus compañeras para hacer su profesión religiosa y fundar una nueva congregación.
Ese día, se pidió a los vecinos que ofrecieran alimentos, productos de limpieza o material escolar para rememorar a una mujer que dedicó su vida a los más desfavorecidos, especialmente a los niños, ancianos y enfermos.
