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Panorámica de Vélez-Málaga
mar 9 jul 2013

Piden más interacción entre agricultores y empresas generadoras de tecnología durante los cursos de verano de la UMA

Los alimentos funcionales en el campo de la hortofruticultura pueden otorgar un valor añadido para competir con otros productores

Una mayor interacción entre los agricultores y las empresas generadoras de tecnología posibilitará avanzar en el campo de los alimentos funcionales y dotar a la horticultura española de un valor añadido, según ha defendido el doctor en Ciencias Biológicas Jesús Abad durante uno de los cursos de verano de la Universidad de Málaga (UMA) que se desarrolla en la zona de actuación de Iniciativa Urbana "De toda la Villa".

El curso se está desarrollando en el aula magna del palacio de Beniel.

Abad, que ha participado en el curso "Los retos del siglo XXI para una hortofruticultura sostenible", ha explicado que el éxito de los alimentos funcionales en el sector de la horticultura pasa por un modelo en el que haya más contacto entre agricultor y tecnología.

El ponente, que es director de investigación de tomates en la empresa de semillas Enza Zaden de Almería, ha asegurado que la mejor forma de que el valor añadido de los productos se ponga en el mercado es buscando alianzas estratégicas con los agricultores.

"De esta manera, conseguiremos hortalizas que no sólo serán válidas genéticamente, sino que además, nos aseguraremos de que sus métodos de cultivo se cuidan para que alcancen los niveles adecuados que buscamos", ha indicado.

Por ello, ha reclamado un trabajo de investigación fuerte, acompañado de alianzas estratégicas y del manejo de ciertas condiciones de cultivo diferenciales.

Abad ha formado parte de una mesa redonda en la que se ha debatido hasta qué punto el concepto de valor funcional se puede aplicar a las hortalizas, dado que actualmente están muy por detrás de los lácteos, que copan este segmento.

Sin embargo, según el doctor en Ciencias Biológicas, hay mucho margen de mejora en el campo de la hortofruticultura y la apuesta por los valores funcionales determinará "un valor añadido gracias al que España podrá competir con otros países".

Ha insistido en que los alimentos funcionales vienen a compensar los excesos de nuestra dieta actual, y en concreto, ha destacado la posibilidad de añadir componentes antioxidantes a las hortalizas para combatir el colesterol, por ejemplo, a través del tomate y sus licopenos o betacarotenos.

Por su parte, el doctor en Biología y director científico de la empresa Biopolis, Daniel Ramón, ha señalado que pese a la crisis, el consumo de alimentos funcionales continúa creciendo.

En este sentido, Abad ha resaltado que si se genera un producto de calidad, "a la gente no le importa pagar un poco más ello".

Asimismo, ha hecho hincapié en la importancia que van a tener en un futuro los alimentos hortícolas funcionales para fidelizar el consumidor y obtener con ello una estabilidad en los precios, algo que beneficiaría a los agricultores, sujetos actualmente a los vaivenes del mercado.