Remedios García, en su carnicería de calle San Francisco.
Pregunta.- ¿Cuánto tiempo lleva abierto este establecimiento?
Respuesta.- Llevamos aquí 50 años.
P.- ¿Cómo vive el cambio que ha experimentado esta calle en las últimas décadas?
R.- Se lleva mal, porque para sobrevivir tienes que echar más horas y afrontar prácticamente los mismos gastos o más. Antes, esta calle era una feria porque aquí había muchos organismos públicos y municipales: Correos y Telégrafos, el Ayuntamiento, el ambulatorio o el mercado de mayoristas.
P.- A eso hay que sumar que la zona no está muy poblada, ¿no?
R.- Es verdad que aquí hay muy pocos vecinos. Sin embargo, creo que lo que más influye es el desplazamiento de los organismos e instituciones. La gran bolsa de población de esta zona ha sido la Villa, que siempre ha sido un barrio muy humilde.
P.- ¿Cuál es el principal reclamo de su establecimiento?
R.- Todo lo que ofrezco es elaborado por mí y sin el uso de condimentos ya preparados, sino que empleo especias naturales para hacer mis morcillas o embutidos. En el caso de la carne, la gente no mira el sabor o el paladar, sino el precio, pero cuando hablamos de los embutidos, sí se paran a mirar y tienen en cuenta que sea algo artesanal.
P.- ¿Qué necesita el comercio del centro histórico para revitalizarse?
R.- Necesitamos darle un atractivo a la gente para que venga hasta aquí. Poner puestos o una especie de mercadillo artesanal estaría bien. Otras experiencias similares que se han hecho anteriormente han funcionado bien, y en mi caso, y en el de otros empresarios, lo notamos en nuestras cajas. Vélez-Málaga ha crecido mucho y hay personas que ya no conocen esta zona, por lo que tenemos que hacer todo lo posible para atraerlas a ellas y a los forasteros. Es una pena que la gente venga a conocer esto y se encuentren las iglesias o los monumentos cerrados. Hay que poner unos horarios más lógicos de cara a los visitantes.