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Panorámica de Vélez-Málaga
mié 9 jul 2014

Repostería creativa Tartalís, tartas personalizadas para hacer singulares y muy dulces todo tipo de celebraciones

Carmen Lisbona, la propietaria de este negocio, ha instalado su obrador en calle Joaquín Lobato, en la zona de actuación de Iniciativa Urbana

Cuando Inmaculada Lisbona descubrió el mundo de la repostería creativa supo que había llegado el momento de cambiar de profesión, así que se embarcó en la puesta en marcha de su propio obrador en la calle Poeta Joaquín Lobato y creó la empresa Tartalís, con la que sorprende a todo tipo de clientes, niños y mayores, a través de sus tartas personalizadas, a las que no les falta ni el más mínimo detalle relacionado con los gustos o aficiones de la personas homenajeadas.

Inmaculada Lisbona, en su obrador ubicado en calle Poeta Joaquín Lobato, en el que también imparte cursos.

Pregunta.- ¿Qué te llevó a montar este negocio en pleno centro histórico?
Respuesta.- Yo estudié Empresariales en Málaga y trabajé en un banco, en una inmobiliaria y luego llevando la contabilidad en el negocio de mi marido. Descubrí por casualidad el mundo de la pastelería creativa y desde mi primer contacto, pensé que eso era lo mío. Comencé a hacer cosas en mi casa y a perfeccionarlas y aprender cada vez más. Después de la primera toma de contacto, sólo quería aprender más y más, y poco a poc,o fui dándome cuenta de que se me daba bastante bien y me encantaba. No me importaba echar las horas que fuesen necesarias para terminar un trabajo y ya pensé en dedicarme profesionalmente y montar un negocio.

P.- ¿Desde cuándo estas trabajando en el obrador?
R.- Al principio trabajaba en mi casa y regalé muchas tartas y galletas para que la gente me fuese conociendo. A principios de 2013 me metí en la obra del obrador y desde el pasado octubre tengo montado el negocio.

P.- ¿Qué es lo que ofrece Tartalís?
R.- Lo que hago son tartas personalizadas. El cliente me cuenta la idea que tiene o qué es lo que le gusta a la persona que va a recibir la tarta y yo intento que sea lo más bonita posible, sorprendente y además, que esté muy rica.

P.- ¿Cuál es tu materia prima principal?
R.- Se trata de una pasta de azúcar que se llama fondant. Hay diferentes tipos para hacer distintas elaboraciones, en función de si quiero hacer un lazo, una flor o cualquier otro elemento. Yo compro un tipo de fondant específico que es lo que utilizo de base para hacer toda la cobertura de la tarta. Luego, el interior, lo que es el bizcocho, lo hago yo de forma artesanal. He ido comprobando, experimentando y ajustando, porque esta modalidad de tarta no se conocía en la zona, y además, tampoco estábamos acostumbrados a ella, puesto que la tendencia aquí es que la parte inferior de las tartas estén muy bañadas. He ido haciendo pruebas y he adaptado esta repostería a nuestros gustos. En teoría, estas tartas personalizadas no se pueden bañar ni rellenar mucho, pero yo lo hago y el resultado le encanta a la gente.

P.- ¿Tienes mucha variedad de pedidos?
R.- He hecho de todo, desde un gorro de cocinero hasta un coche de policía, pasando por aficiones deportivas o gustos de los más pequeños. Los clientes me mandan fotos de lo que les gusta y yo trabajo con ellas.

P.- ¿Cómo marcha el negocio? ¿Estás contenta?
R.- Tengo clientes desde Málaga hasta Nerja y estoy muy contenta porque estoy haciendo justo lo que yo quería hacer. Lo importante aquí es saber organizarse, sobre todo cuando vienen épocas complicadas como la de las comuniones. La elaboración de cada tarta requiere muchas horas y hay que planificar muy bien. Mi trabajo es muy gratificante porque estoy siempre en los momentos más felices de las personas y la gente es muy agradecida. Incluso los que ya me conocen o saben que van a tener una tarta personalizada se quedan asombrados y eso es lo que más te llena.