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Panorámica de Vélez-Málaga

Baño Nazarí de la Villa

En el mundo islámico, el baño público constituye uno de los centros principales de la vida social, ya que además de un lugar de purificación religiosa mediante la higiene del cuerpo, fueron puntos de reunión, descanso y relajación. En Vélez-Málaga, se conservan restos de uno de estos equipamientos en la plaza de Rojas.

En esta plaza confluían las calles que venían tanto de la zona de Santa María y la Fortaleza, como desde el arrabal por la Puerta Real de la Villa, la de Antequera y la de Granada. Sólo el primer repartimiento da alguna luz sobre la actividad de la vieja plaza, en la que había tiendas de especierías, horno, baños, audiencia, carnicería, alfolí (granero o pósito) y una mezquita.

El 24 de marzo de 1489 y en cumplimiento de una Real Cédula, se hace el siguiente asiento: "Una casa ques dentro de la cibdad en que solía estar Gonzalo de Cortinas se dio e señaló a Fernado de Zafra e tomó la posesión della en su nombre Rodrigo de Alcázar, escribano del repartimiento de Málaga, e dióse e señalóse en la manera siguiente: del arco de la calle adentro e con los baños que salen a la plaza e con lo que manda encima e con el corral del anoria e con todas las pertenencias que las dichas casas e baños solían tener e según que sus Altesas lo tienen mandado por los capítulos".

Gracias a una pared medianera que nunca nadie osó tocar, se conserva parte de una bóveda de aquellos baños con sus correspondientes entradas de luz, y aunque muy deterioradas, todavía nos sirven como testigo de su ubicación. Igualmente, se conservan restos, aunque enterrados, de la noria que suministraba el agua a los baños.

En la España medieval había numerosos baños públicos. Éstos eran usados tanto por hombres como por mujeres, en rigurosos turnos desde la madrugada hasta las primeras horas de la tarde.

En general, los baños árabes solían contar con distintas estancias, cuya decoración se componía de motivos geométricos, que daban un aire sencillo y acogedor al recinto. A ello contribuía la iluminación, producida de modo indirecto a través de varias pequeñas aberturas en el techo, en forma de estrella. En origen cubiertas por vidrios coloreados, dejaban pasar una luz tenue y matizada, creando un ambiente de paz y tranquilidad.

Fuente: Ruiz García, Purificación. "Vélez-Málaga, entre murallas y barreras", 2011.